Foto de Helena Marques
Al principio fue algo efímero, pero con el tiempo todos los recuerdos se convierten en eterno en lo que llamamos conciencia.
Cuando nos propusieron viajar a Barcelona, la curiosidad y la voluntad de ampliar nuestros horizontes nos llevaron a decir que sí.
Cuando llegó el día, estábamos conscientes de la importancia de los profesores del Atelier de Español y del Club Europeo ya que organizaron el viaje y pudieron pagar algunas entradas y, por lo tanto, reducir el coste que correspondía a cada estudiante individualmente.
30 de abril… Realmente el viaje había empezado y teníamos más y más razones para sonreír. La noche (en autobús) la pasamos durmiendo, a veces mejor alojados, a veces menos acomodados, pero nos dio el suficiente descanso para el día que se siguió.
Llegados a Barcelona, visitamos uno de los puntos más altos (Montjuïc) en que era posible tomar en cuenta la grandeza, la belleza y el misterio de la ciudad que todos estábamos con ganas de descubrir. Vimos el Estadio Olímpico, el Museo Nacional de Arte de Cataluña y por último, pero no menos importante, el Camp Nou – Estadio del F.C. Barcelona. A continuación, los choferes hicieron un viaje panorámico por algunos lugares de interés de la ciudad.
Después, fuimos al hotel y luego recuperamos fuerzas, en la playa, porque el día siguiente se anunciaba agotador.
02 de mayo… El grupo entero se despertó temprano, con gran expectativa para cumplir el plan que teníamos. Para empezar, fuimos a la Sagrada Familia. Almorzamos en el Puerto Nuevo, cerca del mar y aún tuvimos tiempo para algunas compras en el centro comercial. Al inicio de la tarde, visitamos el Parque Güell, la CosmoCaixa, las Casas de Gaudí y por último las famosas Ramblas. En las Ramblas andamos por el Mercado de la Boquería, un mercado lleno de olores y colores. Al final de la noche y del día, asistimos a un verdadero espectáculo de luces, agua y música… las Fuentes Mágicas. Aquí lo pasamos genial. ¡Que guay!
03 de mayo… Hora de regresar a casa. El viaje resultó muy animado, con momentos para descansar, otros para relajar y otros para aprender algo de geografía. Y, todavía, había tiempo para una visita panorámica a Madrid…
El tiempo pasó corriendo, pero es impensable que todos los recuerdos permanezcan sin registro como un tatuaje en nuestra mente.
Ya los choferes, como la ciudad, superaron nuestras expectativas y ayudaron a realizar nuestro sueño. Esto sólo fue posible a través de su profesionalismo y sentido de humor.
Para concluir, hay que agradecer a nuestros profes y a nuestros padres, pues sin ellos este viaje no habría sido posible…
Escrito por:
Ana Rita Lopes
Beatriz Branco
Sílvia Martins
10ºA